miércoles, 4 de abril de 2012

Heternormatividad y espacio

"In November 1991 a lesbian couple made the headlines in the British gay press when they were thrown out of a supermarket in Nottingham for kissing in the store. What their experience demonstrates is that the street —and I mean this to include not only the pavement/sidewalk, but also the places, such as shops and cafes, which the street contains—is not an asexual space. Rather, it is commonly assumed to be ‘naturally’or ‘authentically’ heterosexual."

Gill Valentine, "(Re)negotiating the 'heterosexual street'"

martes, 27 de marzo de 2012

Sobre la descriminalización

Cuatro citas favoritas de Martha Nussbaum sobre trabajo sexual y descriminalización:

"The most urgent issue raised by prostitution is that of employment opportunities for working women and their control over the conditions of employment.  The legalization of prostitution, far from promoting the demise of love, is likely to make things a little better for women who have too few options to begin with. The really helpful thing for feminists to ponder, if they deplore the nature of those options, will be how to promote expansion in the options set through education, skills training, and job creation. These unsexy topics are not common themes in U.S. feminist philosophy, but they are inevitable in any practical project dealing with prostitutes and their female children. This suggests that at least some of our feminist theory may be insufficiently grounded in the reality of working-class lives and too focused on sexuality as an issue in it's own right, as if it could be extricated from the fabric of poor people's attempt to survive." 

"...we need to scrutinize all our social views about money making and alleged commodification with extra care, for they are likely to embed class prejudices that are unjust to working people."

"When we consider our views about sexual and reproductive serices, then, we must be on our guard against two types of irrationality: aristocratic class prejudice and fear of the body and its passions."

"As long as prostitution is stigmatized, people are injured by that stigmatization, and it is a real injury to a person not to have dignity and self-respect in her own society. But that real injury (as with the  comparable real injury to the dignity and self-respect of interratial couples, or of lesbians and gay men) is not best handled by continued legal strictures against the prostitute and can be better dealt with in other ways (e.g. by fighting discrimination against these people and taking measures to promote their dignity)."

Martha Nussbaum,  "'Whether for reason or prejudice.' Taking Money for bodily services"

miércoles, 21 de marzo de 2012

Sex Radical + Sex positive

"In our general society - where sex is sniggered at, commodified, and guiltily, surreptitiously engaged in- being sex-possitive is sex radical indeed, for even those of us who love sex are usually encouraged to find someone else's preferred sexual expression abhorrent."

Carol Queen, Sex Radical Politics, Sex-Positive Feminist Thought, and Whore Stigma

viernes, 27 de enero de 2012

Breve reflexión sobre el modelo sueco

Acabo de leer un artículo un poco viejo (me siento tentada a decir que es más bien una columna de opinión) que se publicó en Le Monde Diplomatique en el 2001. Es una apología muy malograda del modelo sueco de penalización del cliente, y me enfureció tanto. Describe a los clientes de la prostitución como impedidos emocionales, subnormales con problemas de comunicación, incapaces de darse cuenta de que al contratar los servicios de las trabajadoras sexuales "atentan contra la dignidad de otro ser humano" y que no comprenden que "su conducta resulta nociva para ellos y para los demás."

Por un lado me parece ingenuo y estereotípico pensar en los clientes de la prostitución como una masa homogénea... y, en este caso, la autora pasa de un extremo a otro de masas homogéneas: desde describir a los clientes de la prostitución como depredadores malignos y abusivos hasta imaginarlos como paralíticos emocionales que no saben entablar relaciones afectivas que no estén mediadas por el dinero.

Yo creo que no se trata de asumir que todos los clientes de las prostituas son ancianos viudos bonadosos o inadaptados sociales que no pueden conseguir sexo por otras vías, ni tampoco misóginos abusivos ensartados en estereotipos pujantes de virilidad. Pero tampoco me parece justificado decir que, aquellos que recurren al trabajo sexual, son tan pendejos como para no darse cuenta de lo que están haciendo, ya sea "atropellar la dignidad de una persona;" "estabalecer un contrato temporal por una prestación de servicios determinada," o como quiera que se quiera verlo. El problema, me parece, es justamente que no sabemos suficiente acerca de los clientes de la prostitución... porque la lupa siempre ha apuntado hacia otro lado, hacia las trabajadoras sexuales ya sea como víctimas, como parásitos sociales, como foco de infección, como malas mujeres rompehogares... you name it. Ese puede ser el mayor aporte, a mi criterio, del modelo sueco: volver la vista los clientes, a todo el abanico de ellos; ¿cómo son?, ¿qué los motiva?, ¿qué piensan del trabajo sexual?, ¿por qué lo buscan?... tantas cosas que preguntarles.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Tesis tesis tesis

El título de mi tesis es "Repensar el trabajo sexual en México. Un análisis de la 'elección racional' desde la perspectiva poscolonialista". Así que cuando N. me hizo el favor de pasarme el libro Descolonizando el feminismo: teorías y prácticas de los márgenes, me emocioné mucho. Pero es hasta ahora que lo empiezo a leer que en verdad estoy flipando de placer. ¡Gracias, gracias, gracias señorita N!

jueves, 27 de octubre de 2011

Marxismo y prostitución

Lo que me gusta, en un sentido casi fanático, de los marxistas, es que no tienen miedo de llevar las ideas hasta sus últimas consecuencias. Lo que no me gusta es también justo eso: que en el mundo real hay matices... y yo sí creo que los matices importan; que el individuo cuenta como parte del todo y viceversa. Y también que el sexo y el género juegan un papel importante en la división del trabajo, y las relaciones de subordinación, etcétera... toda la crítica feminista al marxismo que todxs conocemos y suscribimos (al menos en mi imaginación). En fin, esta es, en resumen, una aproximación marxista (obviamente ciega a consideraciones de género) a la prostitución:

"Marxist critics of prostitution take their lead from Marx's statement that 'prostitution is only a specific expression of the general prostitution of the laborer'. Prostitution then represents the economic coercion, exploitation and alienation of the wage labour. As one critic has stated, 'prostitution is the incarnation of the degradation of the modern citizen as producer'. The prostitution contract is not merely one example of the employment contract; rather, the employment contract becomes a contract of prostitution. The figure of the prostitute can, therefore, symbolize everything that is wrong with wage labour."

Carole Pateman, The Sexual Contract

Un rant abolicionista

Este es un argumento que, aunque está claramente envuelto en una lógica abolicionista, es sensato en el sentido de que legitimar lo incontenible del impulso sexual en los seres humanos implica restarle valor a cualquier argumento de racionalidad ya sea en favor o en contra del trabajo sexual. Y además me dio mucha risa, aunque no sé si era la intención de la autora:

"In arguments that prostititution is merely one expression of a natural appetite, the comparison is invariably made between prostitution and the provision of food. To claim that 'we all need food, so food should be available to us... And since our sexual desires are just as basic, natural, and compelling as our appetite for food, this also holds for them', is neither an argument for prostitution nor for any form of sexual relations. 

Without a minimum of food (or water, or shelter) people die, but to my knowledge no one has ever died for want of an outlet for their sexual appetites. There is also one fundamental difference between the human need for food an the need for sex. Sustenance is sometimes unavailable but everyone has the means to satisfy sexual appetites to hand. There is no natural necessity to engage in sexual relations to assuage sexual pangs. Of course, there may be cultural inihibition against use of this means, but what counts as food is also culturally variable. In no society does the form of food production and consumption, or the form of relations between the sexes, follow directly, without cultural mediation, from the natural fact that all humans feel hunger and sexual impulses. The consequences of sexual inhibitions and prohibitions are likely to be less disastrous than prohibitions on what counts as food."

Carole Pateman, The sexual contract

jueves, 20 de octubre de 2011

De la víctima y la agencia

Hay una cosa que a mi me hace mucho ruido: la figura de la víctima. No es que no crea que existe, sé que hay muchos contextos en los que una persona puede tener y ejercer poder sobre otra y hacerle daño. De hecho no estoy peleada con ella al modo de la nueva escuela gringa que les llama survivors a las víctimas de violación, y busca borrar la palabra victim de cualquier escenario de violación. No. A mi la idea de la víctima me hace ruido en el sentido de lo in-defenso,  de lo in-capaz de lo in in in, de la carencia y la pasividad: esa idea que tan seguido se usa para tildar a las mujeres de menores de edad permanentes. 

Me viene esto a la mente porque leo un libro (un libro excelente, por cierto) - Prostitution and Pornography. Philosphical debate about the sex industry- y, en los agradecimientos, la editora dice que espera que sus hijos, aunque sean muy pequeños para leer su libro aún, se conviertan algún día en adultos preocupados por la justicia, la libertad y el bienestar de aquellxs que no pueden pelear por ellxs mismos. Y yo me pregunto ¿quienes no pueden -pero que de hecho no puedan - pelear por ellxs mismos? Son pocxs. Reconzco quizá que un bebé, un(a) niño(a) pequeño(a) (de ahí la figura de la mujer eternamente menor de edad, indefensa)... alguna persona literalmente atada... tal vez ellxs, en algunos contextos podriamos decir que de hecho no pueden pelear por sí mismxs. Y claro que entiendo que la falta de recursos sí implica una especie de atadura para dar batalla, pero ¿qué tanto? Y lo pregunto en serio porque yo no logro respondérmelo. Yo, quizá parezca un tanto forzado, pero creo que a su manera, todxs, incluso los bebés, generamos mecanismos de defensa en todos los contextos. Unos más instintivos que otros, pero, la mayoría, plenamente racionales.

Obviamente entiendo que si en este instante hubiera un terremoto y yo quedara atrapada en los escombros, sería víctima de él y estaría quizá indefensa ante eso. Lo entiendo. Las víctimas existen. Las situaciones en la que una persona es superada por un poder (humano o no), sobre el que no tiene control, existen. Eso no me conflictúa, incluso cuando se trata de el poder de unx sobre otrx, o del sistema sobre unx. Pero sí creo que es necesario redimensionar el concepto de víctima. Reconocer, quizá, que hay espacios de agencia... intersticios si se quiere, que están dictados por la racionalidad de una persona: una persona que, dentro de su sujección al contexto, analiza y toma decisiones y actúa según conviene a su necesidad o interés. No permanece inmóvil y pasiva. Se enfrenta a un poder que claramente la supera, pero no le es indiferente: hay una relación que no me atrevo a llamar dialéctica, porque claramente no es equitativa, pero hay una relación de influencia mutua. 

En fin. No sé. Cada día que pasa son más cosas las que no sé.

martes, 16 de agosto de 2011

Las palabras y las cosas

Este mes he estado trabajando en un proyecto con Semillas, una asociación civil cuya labor admiro profundamente. Mi trabajo consiste, entre otras cosas, en producir un documento que reúna una serie de experiencias en las que organizaciones de la sociedad civil han triunfado en su lucha por defender los derechos humanos laborales de las mujeres, en particular obreras de la maquila, empleadas domésticas o de intendencia en general y jornaleras. En fin, les ahorraré el resto de los detalles... la razón por la que escribo esto es que estoy en una encrucijada.

Para uno de los casos tengo que describir un escenario de acoso sexual laboral en donde un gerente de producción se pasaba de listo con las trabajadoras cada que le era posible. Incluso me cuentan que una de las formas más cotidianas del acoso era que, con el pretexto de verificar el trabajo de las compañeras se paraba detrás de ellas en la línea de producción y como quién dice coloquialmente les daba unos arrimones. 

Señoras y señores, ahí está el detalle. 

Estoy en pedos... y, si se me permite decirlo, estamos en pedos todos. Ese es el problema con el acoso sexual y es un problema casi semántico: el acoso sexual no se nombra, se calla, se oculta, no sé dice. Y como no estamos acostumbrados a nombrarlo más que coloquialmente (para muestra tómese el ejemplo del arrimón) cuando tiene que hablarse seriamente una se parte la cabeza encontrando la manera de explicarlo. ¿Cuál es la forma polite de decir que este cabrón les estaba arrimando el camarón a las trabajadoras cada que "supervisaba" su trabajo en la línea de producción? NO HAY -tenemos que conformarnos con una descripción timorata que no transmite del todo la situación: "le acercó el miembro"-  porque el acoso sexual es una cerdada, y como tal, las formas de nombrarlo son tan asquerosas que nos apenan y no podemos incluirlas en un texto formal. Entonces le permitimos a estas formas de acoso "no existir formalmente" y con eso, aunque no lo parezca, las estamos condonando. Así es. Hay que encontrar formas de nombrar incluso aquello que quisiéramos que no existiera para poder, de hecho, evitarlo.

En la universidad una profesora de Teoría de la Cultura nos dio a leer Problemas de lingüística general  de Émile Benveniste. En ese entonces lo aborrecí por complejo, técnico y detallista... ahora pienso que es un santo y todos deberían leerlo. 

martes, 5 de julio de 2011

Para curarse de ser mujer

"Las americanas en particular piensan que la mujer, como tal, ya no tiene lugar; si alguna, con ideas anticuadas, se tiene todavía por mujer, sus amigas le aconsejan que consulte con un psicoanalista, para que se libre de semejante obsesión."
Simone de Beauvoir, El segundo sexo

A veces, cuando uno anda muy perdido, hay que regresar al principio de todo, a los básicos. Las relecturas son hermosas porque revelan cómo ha ido cambiando tu foco de atención. Hace 7 años, cuando leí El segundo sexo por primera vez, me llamaban la atención frases serias y contundentes. Esta vez no puedo dejar de encontrar el humor por todos lados. Hoy en particular esta frase me sacó una carcajada.