Hay una cosa que a mi me hace mucho ruido: la figura de la víctima. No es que no crea que existe, sé que hay muchos contextos en los que una persona puede tener y ejercer poder sobre otra y hacerle daño. De hecho no estoy peleada con ella al modo de la nueva escuela gringa que les llama survivors a las víctimas de violación, y busca borrar la palabra victim de cualquier escenario de violación. No. A mi la idea de la víctima me hace ruido en el sentido de lo in-defenso, de lo in-capaz de lo in in in, de la carencia y la pasividad: esa idea que tan seguido se usa para tildar a las mujeres de menores de edad permanentes.
Me viene esto a la mente porque leo un libro (un libro excelente, por cierto) - Prostitution and Pornography. Philosphical debate about the sex industry- y, en los agradecimientos, la editora dice que espera que sus hijos, aunque sean muy pequeños para leer su libro aún, se conviertan algún día en adultos preocupados por la justicia, la libertad y el bienestar de aquellxs que no pueden pelear por ellxs mismos. Y yo me pregunto ¿quienes no pueden -pero que de hecho no puedan - pelear por ellxs mismos? Son pocxs. Reconzco quizá que un bebé, un(a) niño(a) pequeño(a) (de ahí la figura de la mujer eternamente menor de edad, indefensa)... alguna persona literalmente atada... tal vez ellxs, en algunos contextos podriamos decir que de hecho no pueden pelear por sí mismxs. Y claro que entiendo que la falta de recursos sí implica una especie de atadura para dar batalla, pero ¿qué tanto? Y lo pregunto en serio porque yo no logro respondérmelo. Yo, quizá parezca un tanto forzado, pero creo que a su manera, todxs, incluso los bebés, generamos mecanismos de defensa en todos los contextos. Unos más instintivos que otros, pero, la mayoría, plenamente racionales.
Obviamente entiendo que si en este instante hubiera un terremoto y yo quedara atrapada en los escombros, sería víctima de él y estaría quizá indefensa ante eso. Lo entiendo. Las víctimas existen. Las situaciones en la que una persona es superada por un poder (humano o no), sobre el que no tiene control, existen. Eso no me conflictúa, incluso cuando se trata de el poder de unx sobre otrx, o del sistema sobre unx. Pero sí creo que es necesario redimensionar el concepto de víctima. Reconocer, quizá, que hay espacios de agencia... intersticios si se quiere, que están dictados por la racionalidad de una persona: una persona que, dentro de su sujección al contexto, analiza y toma decisiones y actúa según conviene a su necesidad o interés. No permanece inmóvil y pasiva. Se enfrenta a un poder que claramente la supera, pero no le es indiferente: hay una relación que no me atrevo a llamar dialéctica, porque claramente no es equitativa, pero hay una relación de influencia mutua.
En fin. No sé. Cada día que pasa son más cosas las que no sé.